EL BUCLE DEL DIABLO (TRACKS DEL DIABLE)


EL BUCLE DEL DIABLO (TRACKS DEL DIABLE)

No quiero perder la oportunidad que me brinda la inspiración de mi insomnio y he decidido realizar una crónica de mis últimas vivencias bicicleteras. En resumen, es fácil, he entrado en bucle, de ahí el nombre de esta entrada. Uhmmm!!... entrar en bucle!!

Pero antes de nada quiero felicitar a Isabel Perez Ramos, Isa para los amigos, una campeonísima, una grande del ciclismo, una mujer que me ha ayudado a terminar la Tracks del Diable, sin ella habría abandonado, el bucle me hubiera ganado la partida, pero me encontró y su contagiosa fuerza y un par de galletas hicieron que yo terminara y que ella quedara la primera clasificada de la Tracks del Diable 2012, posiblemente la carrera más dura y más bonita que haya podido hacer en MTB. Isa, espero que sigas cosechando éxito tras éxito, en la bici, en lo profesional, y sin duda y como he podido observar, en lo personal. Porque desde aqui también quiero hacer notar el buen hacer de Iñaki (Ignacio Miravalles), que con su paciencia, sabiduría y cariño hizo que Isa volara al podium.



Hace ya mucho tiempo que no me encuentro psicológicamente en mi mejor momento, pero eso no está reñido con mi estado de forma, que a mi parecer es bastante aceptable. Tras aquel Soplao maldito y la recaída de los 101 de Ronda en el 2010, he aprendido a conducir mi bici de otra forma, evitando así los dichosos calambres que se repetían en rutas largas.  En el 2011 hice con gran satisfacción un gran Soplao, con tranquilidad.  No se puede decir que sin esfuerzo porque 165Km y 4500m de desnivel positivo siempre suponen esfuerzo y dedicación. Después hice la Pedals de foc Non Stop, jamás había hecho tantos kilómetros (220Km) ni tanto desnivel (6500m de desnivel positivo) en un día, pero ambas carreras con Jorge al lado, se hicieron menos duras, muy llevaderas y muy agradables. Ya en verano de 2011 y tras terminar la Pedals me fijé el calendario de 2012, la Tracks del Diable sería mía. Decían que posiblemente sea la carrera más dura de España, 195km y 5400m de desnivel positivo de senderos rompepiernas y trialeras divertidas. Había que preparar tal barbaridad, asi que desde Enero hasta aqui he completado mis 3500Km (quizás no muchos) siempre en montaña y cuanto más duro y más rápido mejor. 

Empecé mis carreras bajo el agua de Talavera de la Reina, el 29 de abril en el maratón de Canturias, en principio una ruta fácil y rodadora de 95km. Ya en el kilómetro 2 un tornillo se interpuso en mi camino taladrando por dos sitios mi cubierta recién estrenada. Tocó poner cubierta y a seguir. Evidentemente me quedé el último de todos, incluso la organización tuvo que esperarme. Pero sorprendentemente me repuse del golpe y pensando en no pinchar (porque no tenía nada más) empecé a ganar puestos y puestos. El agua y la arena roja hacían una combinación delirante, aquello no se podía ni mover, recordaba aquella famosa Euskadi Extrem con las ruedas llenas de barro. Las bajadas pasaron de ser divertidas a ser excesivamente peligrosas, tan sólo se podía patinar y jugar a "culetazos" con la bici. Las subidas eran un sin fin de patinazos. Sin embargo no paraba, mi objetivo era dar caza a mis compañeros. Por el camino agua y barro, pero también sorpresas agradables, allí me encontre con Merche Cabañas, otra campeona. Segui y segui, y ya cuando faltaban 10 km el cielo se agrietó dejando pasar los rayos, truenos y centellas. Llegué a meta tiritando de frío en casi 6 horas y en el puesto 35, siendo recibido por los graciosos de mis compañeros Pablo, Guillermo y Juanma que habían decidido retirarse. Un aburrimiento de ruta en el que el único objetivo conseguido fue entrenar para la siguiente: el soplao.

El Soplao 2012 se puede recordar como el más frio de mi historia en los Soplaos y he hecho todos salvo la primera edicición. Ya nada más empezar comenzó a llover, estaba claro que todas mis carreras iban a pasar  por el agua y el barro. El tiempo se ha empeñado en romperme la superbici, ahora bautizada con el nombre de Jupiter. Salí conservador, quizás demasiado conservador. Yo iba haciendo mi carrera en las piernas, pero en mi cabeza corria otra carrera, la carrera de "que coño hago yo aquí?"  El frio empezó a hacer acto de presencia en las bajadas y sólo deseabas llegar a las subidas para intentar calentar. Pablo ni siquiera quiso participar, Luis y Eduardo se retiraron a las tres horas, Domingo, Juanma, Jesus, Jose y yo seguimos en carrera. Pronto alcancé a Domingo y dejé atras a Juanma. Jose que quería entrar entre 7 y 7horas y media se perdió muy rápido de mi vista. No sé muy bien porque, me acoplé al ritmo de Domingo, quizás porque no quería soledad, quizás porque me resultaba muy cómodo y bastante sufrimiento tenía con el frio. Subiendo el Moral (la primera subida) ya nos alcanzó Jesús. Al principio pensé en coger su rueda pero desestimé la idea, no me apetecía. En la bajada de El Moral surgió el primer desastre, el frio de las manos y un bache se aliaron para que diera con mis huesecillos sobre la arena y con mucha suerte frenar en la hierba sin muchas consecuencias salvo arañazos, pulsómetro arañado y poco más. Cuando llegué abajo tiritaba del frío, y fue entonces cuando abandonar la carrera se me pasó por la imaginación, sin embargo por algún extraño y estúpido pensamiento no lo hice y seguía a Barcena temblando donde pude tomarme un par de mazorcas de maiz y 3 cafés calientes. Y allí estaba al pie del puerto de Fuentes con Domingo, parado sin ganas de avanzar pero sin ganas de retroceder, entero fisicamente pero mal mentalmente. Comimos algo y otra vez arriba.En Fuentes esperé a Domingo casi 20 minutos pero el frio no me permitió estar allí más tiempo con lo que empecé a subir Ventavieja, llegar a los Tojos, y comenzar a bajar. La bajada fue penosa, el frio no me permitía avanzar, me quedé sin frenos traseros y los delanteros iban tocadísimos, pero llegué de nuevo al pie de El Moral. Allí tuve que cambiar pastillas. Ayudado por un aficionado saqué las pastillas del bolsillo del maillot porque el frio me atenazaba. 20 minutos tardé en cambiar una cosa que puedo tardar 30 segundos en condiciones normales, no podía ni aflojar el tornillo. Cuando me puse en marcha iba con rabia contenida, con lo que empecé a subir con fuerza y como iba bastante entero comencé a adelantar a diestro y siniestro. De repente volví a pasar a Domingo, luego me encontré con Fer, Gismero y Alberto. Fer decidió seguir mi ritmo que tampoco debía ser muy fuerte porque subimos hablando, sin embargo sacamos a Gismero y Alberto 2 minutos y medio. Comenzamos la bajada juntos y con gran ilusión entramos en meta agarraditos de la mano en 10 horas y media, una hora más que el año pasado. Terminé el Soplao 2012 con unas pulsaciones medias de 126 y la conclusión es que hice un Soplao sin pena ni gloria, desganado, sin ánimos de nada, lejos de mi entreno diario y sin ilusión alguna. Algo falla.

Llega el gran día, la Tracks del Diable se nos presenta a las 6 de la mañana del sábado 2 de junio. Estamos en manga corta en los pirineos, se presenta un día caluroso. 






Somos Pablo, Agus, Iñaki, Isa y yo. Iñaki es gran conocedor de las tres ediciones (una suspendida por lluvia) y segundo en una de ellas. Se da la salida e Iñaki y Pablo se pierden. Agus y yo tenemos un pensamiento común, comenzar bajitos e ir subiendo. Isa es nuestra compañera en los primeros kilómetros pero pronto empezamos a perderla, ella sabe hacer su carrera. La Tracks del Diable es un disfrute desde el kilómetro 5, comienza con senderos y senderos, bajadas entre piedras y disfrute absolutamente brutal. Agus y yo teniamos que recordarnos continuamente el no cebarnos porque si no lo podríamos pagar en el 150. Yo pensaba que era imposible recorrer tantos kilómetros de senderos sin enlazar por pistas, pero estaba equivocado. La Pedals de Foc me gustó mucho, pero la Tracks del Diable es algo alucinante, como diría más tarde Iñaki: "os estais doctorando en el Mtb". 
En el kilómetro 15 más o menos, ya no me pude contener más y como un desposeso me lancé entre las piedras adelantando a diestro y siniestro con Agus diciéndome "menos mal que no teníamos que cebarnos", pero es que era un disfrute imposible de evitar. No obstante fuimos bastante conservadores. Primer avituallamiento en el 22 y allí nos encontramos a Ada que había tenido una caída que luego la costó abandonar e irse por la corta. Comimos algo de fruta y poco más, no había mucho, empecé a sospechar que había que comer nuestras barritas. Agus por supuesto no llevaba, jeje!!. Ibamos fenomenal hicimos fotos del paisaje, de nosotros:









Los avituallamientos seguían igual de malos, sandía, algún fruto seco, membrillo, naranjas y poco o nada más. Empezamos a comer nuestras barritas, yo llevaba las Power Bar C2, muy buenas pero imposibles de comer (parecen chicles), bueno en realidad una barrita en marcha y a trocitos pequeños. Pasábamos avituallamientos líquidos, paramos en todos, cocacola a morir, alguna vez isotónica y agua por la cabeza. El calor era insoportable pero nuestro ritmo era bueno, cifrábamos nuestra llegada en 14 horas con fotos como esta incluidas:







Otro avituallamiento y más cocacola, más sandia...yo creo que eso no puede ser bueno. El caso es que nos plantamos en la cuesta de la muerte, llamada así porque evidentemente en los 4 km de subida mueren muchos. Es el kilómetro 80 más o menos. Al final de la cuesta la desviación de la carrera corta (95Km) y la larga (190). Subimos con alegría, habíamos cogido carrerilla, estábamos aumentando ritmo. La cuesta era un devenir de gente en modo empuja-bike, algunos incluso parados. Sin ninguna duda había costado llegar hasta aquí, pero ibamos bien, muy bien. De repente y sin mucho aviso en el avituallamiento del kilómetro 87 empezó a dolerme el estómago. Se lo comuniqué a Agus, mis presentimientos negativos empezaron a rondar mi cabecita mal amueblada, aunque eso no lo dije. Engrasamos la cadena y a bajar, subir e intentar divertirnos de nuevo. La verdad es que era una orgia del Mtb, y así nos plantamos en una cuesta de desnivel importante que nos llevaría al avituallamiento de la comida, pero mi estómago iba de mal en peor y tenía dolores importantes, sensación de no poder comer. Ya en la subida comencé a bajar el ritmo. Agus hizo unas fotos para amenizar el tiempo y darme ánimos. A esas alturas de carrera y sabiendo como monto en bici, Agus ya se estaba percatando de que algo fallaba.




Llegamos al avituallamiento de la comida grande y la verdad que estaba muy bien, pasta con lo que quisieras : atún, aceitunas,gambas...Allí estaba Iñaki, durmiendo la siesta el muy... había decidido que no era su día, no se encontraba fuerte para disputar el podium y decidió esperar a su novia: Isa. De esta forma inesperada y desinteresada la ayudaría a conseguir su reto. Yo le comenté mis problemas de estómago, pero poco a poco pude comer un plato pequeño de pasta y reponer los líquidos (que en ningún momento descuidé). Estuvimos cuarenta minutos charlando con Iñaki, nos descalzamos, nos relajamos y aunque con dolores de estómago, decidí salir con Agus. En ese momento apareció Pablo que en el kilómetro 2 había perdido el soporte del GPS, como consecuencia se fue con un grupo que se perdió en el kilómetro 3, donde seguramente le pasamos nosotros y no le vimos, evidentemente. Pero finalmente nos alcanzó y eso que preguntó en un avituallamiento y le sacábamos 32 minutos, pero es que el flaquito este anda mucho, mucho, mucho. Decidimos reanudar nuestra marcha y que Pablo nos cogiera, a partir de este punto decían que no era con tanto sendero. Y al decir verdad así era, pero si algún día vais, no os lo creais del todo, jeje!! Como  dijo Agus "hasta el rabo, todo es toro"

En el comienzo del primer camino, el sol era abrasador, yo me empecé a sentir mal y mis ánimos a fallar. Era el momento del comodín de la llamada. Me puse los cascos en el móvil y marqué el número de mi salvación. Al otro lado Teresa e Irene diciendo, Papá!! papá!! pero el maldito móvil no funcionaba y no me podían escuchar, yo mientras subía con mi platillo puesto y gritando: hola!! Cualquiera que me viera se preguntaría que hace un gilipollas vestido de blanco, lleno de mierda, encima de una bici, con un sol abrasador dándole en la cabeza, con dolor de estómago y gritando; hola, hola!! en mitad del campo. Pero entre holas y no holas me subí media cuesta, la otra mitad decidí ponerme música y ser un poco autista. Agus por su lado hizo lo mismo. Yo iba con mis pensamientos, ya sabéis: joder que calor,  tengo que comer, bebe un poco, venga dale un poco más...comenzaron rampas duras, muy duras, mis ánimos aflojaron el mal humor empezó a hacer presencia y me empecé a encontrar en manos del bucle. Pablo nos alcanzó y pronto se puso a tirar, yo empecé a avisar de que me dejaran, que se fueran, ya me las apañaría no soy nuevo en estas lides. Pero los cabezones erre que erre, que "hemos venido juntos y terminamos juntos" y similares. La cosa se ponía cada vez peor, ahora el sendero se convertía en escalones de piedra, algunos superables y otros imposibles, lo hice montado pero el esfuerzo se paga y de vez en cuando pie a tierra y empuja-bike. Pablo también puso pie en alguna ocasión y Agus empezó a destacar en fortaleza. Siempre me gustó salir con un tipo como Agus, amable, sensato, agradable y divertido, y además demostró (lo ya sabido) su gran nivel en la bici de Mtb. Yo sólo pensaba una cosa, si no como no puedo seguir. Intentaba comer una barrita pero era imposible, no podía ni probarla, un trozo de barrita era 5 minutos masticando y no podía ni tragarla. Empezaron las ganas de vomitar y los pensamientos negativos se adueñaron de mi. Llegamos al avituallamiento del 140 y miré a mis compañeros y sin dudarlo les dije: "abandono, no puedo seguir sin comer" . Pablo me dijo que me arrepentiría de esa decisión, que siguiera. Ambos dispuestos a bajar su ritmo a intentar llevarme a meta, pero yo sabía que sin comer no podría llegar. No estaba dispuesto a pasar otra vez por un Soplao 2010 o un 101 de Ronda donde la desesperación, los calambres, las ganas de llorar, de tirar la bici por el primer barranco, del dolor psicológico y de la pérdida de tiempo por los entrenos realizados fue desesperante, eso por no contar lo largo que se hizo la recuperación psicológica posterior. Ese era el motivo del abandono, no me dolía nada, todo estaba perfecto, ni un aviso de calambres (había hecho bien los deberes, plato pequeño y buenas combinaciones), pero el dolor de estómago me impedía comer y sabía que sin comer, tarde o temprano entraría en modo pájara y caería irremediablemente, eso no podía pasar. Pero por otro lado, otra vez todos los entrenos, mi tiempo invertido en bici, pero no podía seguir: caería!! Ese es el bucle, pensamientos negativos sin salida, sólo tú y tus pensamientos, una y otra vez. Es dificil salir de ahí. 

La decisión fue dura y dolorosa pero a mi entender era inteligente, cambiaría la satisfacción de la meta, por la satisfacción del no dolor físico, esperaría otro año.Pero de pronto, otra vez ese pensamiento: "quizás no estás preparado para este fregado y es improbable poder entrenar más. Por otro lado, ya no estoy dispuesto a regalar a la bici ni un minuto más de lo que lo hago, con lo que será difícil poder hacerlo otro año" y así eternamente... el bucle. Pero finalmente Pablo y Agus se marcharon, yo me tiré en el suelo, junto al avituallamiento esperando a que el coche escoba viniera a buscarme a mi y a otros dos más. La verdad es que ni siquiera estaba enfadado, simplemente era un hecho, no me dolía nada pero sabía que no podía seguir, no lo intentaría no tenía motivación ninguna, la desmotivación últimamente es mi máxima en muchos factores de mi vida y en este no podía ser menos. No sé como ocurrió pero me quedé dormido entre voces que hablaban catalán, hasta que de repente una voz de mujer me despertó para preguntarme si estaba bien. Pues aparentemente si estaba bien, había pasado una hora desde que Pablo y Agus se marcharon. Me levanté y me puse hablar con la gente que había por allí, pasaron algunos corredores (como Javi de Badalona Btt) que los había pasado a lo largo de la carrera. Me comunicaron que aún quedaban 11 corredores por detrás, pronto me iría de allí. Decían que una chica se acercaba al avituallamiento, y efectivamente allí llegó Isa, una hora y media más tarde que yo, una máquina sin duda.Venía bastante perjudicada y cuando me vió me preguntó:"qué te pasa??" . "el estómago" contesté. "joder, tío, siempre te pasa lo mismo" Algo se rompió en mi corazón, tenía razón, que pasa?, que no sé administrarme mi propia comida?, no sé pararme cuando debo a comer mi barrita aunque me cueste trabajo?, es que acaso soy tonto??, pero efectivamente así pasaba y allí estaba. Isa me miró y me dijo: "si yo puedo, tu puedes. Montaté en la bici y fijamos el siguiente objetivo en el avituallamiento siguiente, después ya veremos" Después de un rato de dudas y hablar con Iñaki ellos dos salieron, primero Isa, luego Iñaki. Yo cogi una galleta de chocolate del avituallamiento y empecé a comer, me di cuenta de que podía comer sin problemas, me comí una galleta y me guardé otra en el maillot junto con unas gominolas, me metí un puñado de frutos secos y le dije al del control que volvía a la carrera, me monté en la bici y pronto alcancé a Iñaki, que sin duda alguna me confirmó que lo que quedaba era duro y también me dijo que Isa iba bastante mal. Alcanzamos a la "tanquetilla" como cariñosamente Iñaki llama a Isa y pronto descubrí que Isa estaba bastante cansada pero tenía eso que a mi me faltaba MOTIVACIÓN, ganas de hacer lo que se había propuesto. Cuando te metes a realizar rutas de esta embergadura es cuando te das cuenta de la dureza de la bici, pero no físicamente si no psicológicamente. Si te falla algo fuera, lo pagarás dentro. Necesitas encontrar ese punto de motivación, divertirte, pasartelo bien mientras te llueve, mientras el sol te abrasa, mientras te duelen las piernas y los pulmones son incapaces de llenarse, sorprenderte en las bajadas y reirte en las subidas, tener ganas de ser el primero aunque sepas que es imposible, luchar por ganar un puesto aunque sea el 1000, y si no tienes eso, estarás perdido como me pasa a mi.





Pasaron 10 minutos y me di cuenta que estaba recuperado, ya no me dolía el estómago, comí lentamente mi otra galleta, alguna gominola y seguimos al siguiente avituallamiento. Isa de vez en cuanto "entraba en bucle" como decía ella, de ahí el nombre de esta crónica. Era gracioso ver sus pensamientos, los mismos que los mios en el 2010, "esto es muy duro", "no lo voy a terminar"...Iñaki y yo la decíamos que nada de eso y de repente como de una manera graciosa decía "he entrado en bucle, estoy en bucle", jejeje!! Me hizo mucha gracia tan acertada frase. Yo volví a utilizar la llamada comodín, esta vez con éxito y escuchar a Teresa decir cosas como "joder, todavía estas en la bici" con cierto tono de preocupación y sabiendo de mi grado de locura me reanimaron aún más. Siempre es grato contar con la persona a la que amas en los momentos señalados de tu vida, ya sean difíciles o alegres. Lástima que no pude hablar con Irene (mi hija), aunque siempre está conmigo. La marcha era lenta tanto en las subidas como en las bajadas, Isa quería asegurar sus pasos. Llegamos al penúltimo avituallamiento con el tiempo de corte alejado y allí nos informaron que sólo quedaban 3 detrás de nosotros, eso implicaba que habían abandonado 6 personas en el avituallamiento donde yo me había pasado una hora y media, pero entre los no abandonados había otra mujer. Ese dato nos llevaba a andar un poco más ya que Isa tenía que ganar. Seguimos hacia el último avituallamiento, hubo unos cuantos bucles pero Isa es mucha mujer para poca carrera, jejeje!! Conseguido el último en el 170 más o menos, teníamos por delante 4 km de subida y luego todo bajada. Es en ese avituallamiento donde aparecieron Ada y su chico para dar ánimos a Isa, se habían enterado de que aún seguía en carrera y cogieron el coche para darla un besazo y darla el último empujón. Que gran detalle, no todo el mundo es capaz de hacer eso, sin duda, grande, muy grande Ada!!



Por fin Isa comió medio bocadillo que la dió la vida (y no las barritas, ni geles ni mierdas variadas que destrozan el estómago), el otro medio no lo comimos Iñaki y yo. Cogimos gominolas y demás, cambiamos las pilas del único GPS que funcionaba a esas alturas (el mio) y encendimos las linternas que llevabamos puestas en las bicis. La competidora que venía por detrás se había quedado sola, se habían producido dos abandonos pero la chica (Ana) seguía adelante. Montamos en las bicis y a por los 4 últimos kilómetros de subida. Los hicimos relativamente rápido y luego la bajada que fue lentilla pero asegurada, jejeje!! Aquí lo de "suelta el freno" salió alguna vez de mi boca, pero entiendo que se debe ser prudente ante el cansancio, eso es tener cabeza. Finalmente entramos en Torelló con emoción contenida y con gominolas en la boca y la alegría de ver como Pablo y Agus nos aplaudían al pasar bajo el arco de meta. 

La hora no la tengo definida, porque no he mirado ni el GPS aún pero creemos que entre las 22:00 y las 22:30, es decir 17 o 17horas y media.

Jamás se me olvidará la cara de Isa a la llegada, esa cara de satisfacción, de alegría por el reto conseguido, de cansancio y agotamiento. Sentir tu cálido abrazo a la llegada fue reconfortante. Supongo que yo ayudé a pasar mejor rato, pero de no ser por tu empeño yo no hubiera reiniciado mi marcha: Gracias por haberme hecho terminar este reto que me había fijado.

A los demás, que decir que no se haya dicho antes, en una u otra ocasión. Como siempre avisaros de que estoy muy fuerte y como coja confianza ya podéis estar preparados para un master 40, jejeje!!

La próxima en los 88, con una pareja de auténtico lujo Pablo Abascal, espero que salga mejor y podamos hacer el tan ansiado cajón que quiere Pablo, nada más satisfactorio para mi, aunque con un paquete como yo será difícil, jejeje!! 

Saludos pa´tos

Tony