MONOLOGO CON EL SOPLAO


Estimados compañeros y devoradores de aventuras, otra vez me encuentro delante de la pantalla vacía de mi ordenador, y me dispongo a llenarla con impresiones y sentimientos, que espero os agraden y que, como mínimo, os entretengan.

Ante todo agradeceros a todos los que llamasteis para darnos ánimos en aquellos últimos momentos, justo antes de la aventura de El Soplao. Para aquellos que no sepan lo que te espera allí, decirles que son 165 Km de bici de montaña y 4300 m de desnivel positivo. Pero eso, amigos, no es lo más duro. Lo peor son las 10 horas que estas enfrascado en tus pensamientos. A esos pensamientos se les superpone el sufrimiento físico, frío, calor, humedad y dolor de casi todo.

Sin embargo, la ilusión y las ganas de volver a realizarte como aventurero con honor, te hacen continuar, te hacen ser mejor, sobreponerte a tus sufrimientos y seguir cabalgando sobre tu máquina.

Muchos de vosotros os habéis extrañado de que no se haya escrito nada al respecto de este “infierno del norte” (tal y como reza en el maillot que nos regalaron). El año pasado teníamos overbooking de relatos, y este año…, qué paso?? No puedo deciros que pasó con mis compañeros de pedaladas pero si puedo deciros que me pasó a mi.

Esta aventura era la prueba objetivo anual. Este término se lo dedico a mi gran amigo Luque, ya que le gusta mucho lo de “las pruebas objetivo”, pero sin ninguna duda tiene razón. Se debe entrenar con una visión de futuro. Organicé mis pruebas, mis entrenamientos, montaba y corría cuando debía, cuidé la alimentación, e intenté por todos los medios cuidar el descanso. Sé que no es mucho, pero desde enero al 23 de mayo, día de la prueba, llegué con 3500 Km de puro Mountain Bike. He llegado a alcanzar medias de 27 Km/h en la casa de campo y he corrido unas cuantas pruebas durante el año. No obstante y como siempre, no basta. Sé que puedo dar más pero también quiero tener vida, y aunque cada día menos; tener amigos.

Terminé decepcionado conmigo mismo, con mi penoso tiempo. Quien ve mi tiempo y mi clasificación me tacha de loco y dice que está fenomenal, pero yo sé que puedo hacerlo mejor y no lo he hecho.

Todo comienza unos 20 días antes de la prueba. Discuto con personas de mi familia. Esto me provoca ansiedad. A estas alturas estoy cansado de montar: día si y día también monto en mi jaca y hago kilómetros sin recompensa psicológica, sólo la física. Siento que mis piernas se ensanchan y que mi corazón late con más recorrido de pulso. El 11 de mayo se desata otra tormenta y termina por desestabilizar mi frágil cerebro. Desde entonces, decido que se acabó montar en bici. Necesito parar, necesito descansar, estoy agotado de montar solo, de no divertirme mientras monto, de marcarme objetivos frente a la media del día anterior. Todo viaja rápido y quiero bajarme pero me veo arrastrado.

Finalmente el 22 de mayo me monto en la furgo del Lord y me marcho a Cantabria. Empiezo a sentir como mi corazón se acelera, pero mi cerebro se bloquea, como si no quisiera ir más allá. Tengo el puntillo de la competición, ya sabeis; los nervios de la salida, pero me falta la motivación. Durante el viaje todo sucede de manera natural, muy agradable. Roberto, el nuevo fichaje, es un tipo majete con el que es agradable charlar. Las conversaciones…las de siempre, no vayais a pensar mal, es decir, bicis y trabajo, bueno de vez en cuando “pivas”, y es que aunque tengamos 40 estamos de muy buen ver, jajaja!!

Por el camino, los teléfonos no dejaban de sonar, nos llamaban para desearnos suerte al día siguiente.Cuanto se agradeció!!

Cuando pasamos Burgos, el tiempo empezó a cambiar y del sol pasamos a la lluvia. Cuando llegamos a Cantabria, llovía débilmente pero insistente. Allí nos esperaba Ramón. Por fin los 4 jinetes se reunían.

Dejamos las cosas en la pensión, y nos fuimos a cenar. En la cena, más llamadas de apoyo y conversaciones de lo que nos esperaba al día siguiente, por supuesto no faltó nuestra ración conversadora para las mujeres ciclistas que nos acompañaban en las mesas aledañas.

A esas alturas yo no me encontraba muy bien de moral, pero estaba seguro de que se me pasaría. Como anécdota, contar que me tuve que poner puntos de aproximación, porque me llevé una mano con la navaja de Ramón preparando un guardabarros delantero con una botella de agua integral (cuyo precio fue motivo de discusión durante media horita). Desde aquí, gracias a Mani por sus cositas.

Por la noche no dejo de llover, tormenta ruidosa donde las haya. Entre sueños pensaba lo que se nos venia encima.

Amaneció y dejó de llover, desayunamos, preparamos las burras y a pasar el chip por la salida. Yo empecé a encontrarme muy mal de ánimos y Ramón y yo fuimos a tomar un café, por fin en una carrera teníamos tiempo hasta para tomarnos un café. Graciosa situación la del bar: una piva empezó a “entrar” a Ramón, que desde luego no tenia muchas ganas ni de hacerse unas risas (aunque las dejamos para la noche). Café rápido y pistoletazo de salida. Como siempre, salimos de los últimos, aunque tampoco muy mal. Llovía débilmente pero soportable. Empezamos remontando puestos pero había mucha gente, nos empezamos a perder. Primer punto de encuentro, el primer avituallamiento. Yo llegué el primero, Lord apareció unos minutos después, a posteriori lo hizo Ramón. Después de beber agua y comer mi primer plátano plantee al Lord la posibilidad de separarme del grupo e intentar un solitario. Como era de esperar obtuve la bendición y empecé mi carrera. Ya no supe nada de mis compañeros hasta la tarde.

En lo deportivamente hablando todo fue lo esperado. Como siempre, podía haber apretado un poco más y haber ganado en el total de la ruta 30 minutos. Sin embargo, algo había cambiado, a medida que hacía kilómetros mis piernas funcionaban un poco mejor, pero mi cerebro un poco peor. Sentado en mi Trek, sólo me dedicaba a pensar, a veces me descubría bajando y no sabía como había llegado allí. Tenía sensación de lejanía, no estaba en la carrera, estaba absorto en mi mismo, en mis pensamientos lejanos, en mis Montañas de la Locura, en mi soledad rodeado de un montón de personas.

Durante la ruta conversé con toda clase de gente, pero los que más me llamaron la atención fueron dos hermanos gallegos, con ellos hice el puerto de “El Moral”. Fue agradabilísimo, íbamos charlando y discutiendo sobre las rutas en Galicia, Madrid, Asturias… y uno de ellos terminó diciendo “pero lo más importante, es que puedo montar y sufrir con mi hermano al lado” Eso si fue grande, o al menos a mi me lo pareció en aquel momento y debido a mi situación. Llegado el momento, mis piernas fueron más grandes que sus ideas y tuve que abandonarlos, para continuar con mi lucha en solitario. En otra ocasión conocí a un Mammoth disfrazado (sin corporativismo, es decir sin maillot del club), pero le dejé en el puerto del Monte Aa.

Terminé mi ruta con dolores en la rodilla pero entrando con plato grande, como los mejores, ganándome el aplauso del respetable. Fue el único momento de la carrera que me sentí apoyado, arropado, querido. El tiempo fue desastroso para lo que había entrenado y las sensaciones malas. Sin embargo no me dolía ningún músculo del cuerpo, sólo la cabeza.

Cuando fui a lavar la bici, había un grupetto que relataba las bondades de las personas que a lo largo de la carrera nos animaban y gritaban. Yo por mi parte, ni siquiera los vi. Fue una de esas carreras en las que uno no deja de pensar y va completamente solo, inmerso en sus quehaceres como buen aficionado, ya sabéis: beber agua regularmente, alimentarse con frecuencia, estirar si se puede…

Una vez terminada la prueba, fui a la pensión, me duché, me cambié y fui a buscar a mis compañeros, pero esta vez no hubo abrazos, euforia, ni fotos, lo cual aún no entiendo. Os aseguro que terminar esta prueba es para abrazarse al primero que veas!!

A la noche fuimos a cenar, comentamos la carrera y hablamos hasta las 2 de la madrugada, que da para mucho. Para saber de esas conversaciones, tendréis que venir y participar el año que viene, donde sin ninguna duda volveremos a sufrir en el Infierno del Norte, cada uno a su manera pero todos sobre nuestras jacas voladoras.

Desde aquel día, sólo he montado en bici 4 días y he salido a correr 2. Sigo sin emocionarme. Espero que se me pase pronto, porque lo necesito y mucho. No obstante, muy mal de forma no estoy:  hoy he hecho Manzanares, las Zetas con subida a la Nava y regreso a Manzanares en 2:42:00, eso sí, he roto un radio de la rueda trasera, me he comido un mosquito bajando, y me ha picado un bicho justo por debajo del ojo. Toda una aventura, jajaajaja!!

No quiero terminar sin antes enviar un gran abrazo al gran ausente de esta edición de “El Soplao”, el más grande y genuino Eduardo Ezquerra. Que sepa que se le echó de menos!!

Para los amantes de las estadísticas:

Si alguien le interesa mi tiempo, 10:33:04 y mi puesto en la general es el 240 y según mi categoría el 91.
Terminaron 912 personas, el primero entró en 7:16:44 (pulverizando el record del año pasado)  y el último en 16:5515
En menos de 8 horas sólo entran 11 personas
Entre 8 y 9 horas entran 40 más
Entre las 9 y las 10 horas entran 100 personas más


Saludos pa´tos
Tony

POSSETS, LA MONTAÑA

Debido a la enorme presión ejercida por los medios J, he tenido que ceder y redactar la crónica de la ascensión primaveral con esquíes al Posets.

Los participantes de tal hazaña, han sido: Juan Ángel, Lucas y Tony.

La aventura comienza el jueves 30 de abril.

Llegamos al parking de la cascada de Espigantosa a eso de las 19:00. La lluvia era débil pero existente. Empezamos a preparar las mochilas y : tachan!! Lucas descubre que la rueda trasera derecha del Opel Signum está pinchada.

La lluvia y un pinchazo no pararán nuestros deseos de cargarnos las “ligeras” mochilas que transportan nuestros esquíes colgando, y caminar con nuestras botas de travesía durante supuestas 2 horas de camino al refugio. Comenzamos a las 20:00, no sin antes hacernos unas fotillos de rigor.

Acordamos que lo del pinchazo nos obliga a bajar el sábado por la mañana para intentar arreglarlo ya que el domingo queríamos estar en casita por aquello del día de la madre. Esto a su vez nos obliga a subir a la cumbre el viernes y a no fallar, porque no tendremos más posibilidades.

Juan Ángel ya había pisado la cumbre por el lado de Estos, Lucas no había estado nunca y yo lo había intentado dos veces años atrás sin éxito, por lo que lo calificaba como “la cumbre”, es decir tenía que subirlo, si o si.

Pues entre emociones y risas nos plantamos en un torrente de agua que empezamos a subir por su vertiente derecha. Uff!! algo está mal, hemos perdido el camino!! . Nos pusimos los frontales, y a bajar a recuperarlo. Una vez recuperado una amarga subida nos estaba esperando. El apoteósico final se acompañó de nieve hasta la cintura, sin guetres puestos, pero con las luces del refugio de fondo que nos invitaban a seguir. Por fin en el refugio. Hora final las 23:00. Bueno, no está mal !!, hemos tardado una hora más de lo habitual, qué le vamos a hacer!!

DNI al guarda (buena gente). Nos estaba esperando y nos preguntó que a qué hora saldríamos al día siguiente. Contestamos que a las 6:30. A dormir, con la emoción de atacar la cumbre que se me resistió dos veces.

Nos levantamos con los frontales, desayunamos y empezamos a preparar la mochila. No me digáis por qué, pero no estábamos con los esquíes puestos hasta las 9:00. La verdad es que el tiempo no estaba para muchas bromas: el viento soplaba con mucha fuerza, nevaba y hacia bastante frío. Las nubes a veces bajaban demasiado con lo que mojaban la nieve e impedían que viéramos más allá de nuestras narices. El tiempo no acompañaba, pero no íbamos a abandonar la única ocasión que teníamos de subir.

La ascensión se hizo lenta y pesada. Yo iba como unos 200 o 300 metros por delante, iba abriendo la huella para facilitar la ascensión a mis compañeros que estaban un poco menos en forma, pero parece ser que perdían la huella a cada tanto por la ventisca. Finalmente llegamos al primer sitio de confusión: "que si la canal es esta, que si es aquella", bueno finalmente decidimos la correcta!!  y más subida. Esta vez la subida se hizo por una canal empinada y bastante dura. Volvieron a entrar las dudas: es por aquí, es por allí… volvimos a acertar (el mapa, junto con el GPS y algo de intuición facilita  la falta de visión que teníamos en ese preciso momento). Después de una durísima subida donde un paso hacia delante, significaba 3 pasos para atrás (nieve húmeda por las nubes), llegamos hasta la pala que da paso a la arista cimera. Tardamos casi una hora en remontar unos 50 metros de distancia. La ventisca era muy fuerte, el avance penoso y nos dolía el alma, pero tuvimos que desistir y pensar en abandonar después de 6 horas de marcha. La frustración de mi tercer intento hizo mella en mi, y grité e insulté todo lo que pude, pero desgraciadamente el tiempo no mejoró y la nieve no se volvió dura y perfecta.



Pensaba en la bajada, la niebla nos iba a provocar más de un mareo, y la nieve no estaba para muchas bromas, la posibilidad de darnos trastazo tras trastazo era elevada. Sin embargo y contra todo pronóstico la bajada se hizo rápida y limpia (bueno algún que otro golpe, pero son cosas de la nieve virgen, húmeda y pesada). Paramos a comer en mitad de la canal fonda y vuelta al refugio, con el corazón partido, y ante la aplastante evidencia de la derrota por la montaña. Sólo nos quedaba el consuelo de la amistad y el buen hacer, que en los tiempos que corren ¡ qué más se puede pedir !

De vuelta al refugio nos informaron de la  mejoría del tiempo para el sábado 2 de mayo. El refugio se había llenado de gente muy variopinta, todos dispuestos a conquistar el pico que yo por tercera vez había tenido que abandonar y que Lucas no había podido conquistar. El esfuerzo y el cansancio por el intento nos desalentó para el día siguiente. Además estaba lo del pinchazo del coche. Teníamos que llegar pronto porque no teníamos rueda de repuesto de verdad, si no una “galleta” y hacerse un viaje a 80 Km/h como máximo es un poco coñazo. En fin, la vuelta era inminente.

Nos fuimos a dormir, pero a las 4 de la madrugada estaba despierto, no me quería marchar sin volverlo a intentar. Entre sueños empecé a imaginar la cumbre con sus maravillosas vistas… A las 6 de la mañana desperté a J.Ángel y le comenté que me subía solo a la cumbre, mis posibilidades de éxito eran altas: hacia buen tiempo, seguía manteniendo un estado de forma aceptable y la ilusión por alcanzar la cumbre era máxima.

Finalmente despertamos a Lucas y empezamos a pensar. El coche pasó a un segundo plano, pensé que no seria un problema, ya nos las apañaríamos !  Dicho y hecho, a las 7:20 estábamos con los esquís puestos y caminando de nuevo. Esta vez fue diferente, la nieve estaba dura, la tarde anterior había salido el sol, y la nieve había transformado. Nos pusimos las cuchillas para subir las primeras y duras rampas.

Al poco tiempo Lucas se empezó a quedar, el día anterior había hecho mella en él, por no decir que en sus pies asomó una magnífica ampolla que le impedía seguir esquiando como debiera. Decidió, como sabio montañero, quedarse para no retrasar la marcha.

J.Ángel y yo seguimos nuestra marcha hasta el final de la Canal Fonda. Qué bonito estaba todo: el sol lucía y la nieve aún permanecía dura. Las vistas eran espectaculares aunque por desgracia sólo llevábamos mi móvil para hacer fotos (mi cámara se quedó sin batería). Estábamos en tiempo, 2 horas hasta el final de la Canal Fonda, esta vez nada impediría pisar la cumbre. La canal termina en una durísima cuesta que yo subí con los esquís haciendo más zetas que el zorro y que J. Ángel subió con los crampones y los esquís en la mochila., pero finalmente, cuando vimos la pala que nos conducía a la arista cimera… uhmm!! Qué sensación!! Qué paisaje!! Qué arista!!



























































Tuvimos que quitarnos los esquís para seguir avanzando. La cosa se ponía bastante fina, por no decir estrecha J Al comienzo de la arista, dejamos los esquís clavados en la nieve, nos pusimos los crampones y avanzamos lentamente por la arista hasta alcanzar la cumbre. Nunca sentí una cumbre de aquella manera, me sentía feliz, radiante. Era un dos de mayo, el cumple de mi padre, y que mejor regalo que mi felicidad!! Aventajé a J. Ángel en un par de minutos y cuando llegó creo que casi tiene que desprenderse de mi del abrazo que le di. Sé que no es más que un tres mil más, pero era mi 4º intento y por fin lo logré. El esfuerzo del día anterior abriendo la huella, el cansancio de ese mismo día, la impresionante arista cimera, la recompensa del paisaje, todo había merecido la pena.














Después de la recompensa, toca la bajada: a disfrutar!! La primera bajada fue espectacular, una pala expuesta por ambos lados pero bajable, eso sí  sólo por J.Angel y yo, jajaja!!

Pero aún tenía esta montaña una sorpresa para mí. La bajada se hizo bien, pero decidimos bajar por una pala expuesta de unos 40 grados y cara sur. Le comenté a J. Ángel que eso podía  caerse en cuanto lo pisáramos, pero como siempre; soy un exagerado. No obstante me fui a un lateral por si acaso. En el segundo giro, me caí y tuve una sensación rara, comparable a ir bajando por un río con un chaleco salvavidas puesto, es decir iba flotando y avanzando a la misma vez. Coño!! Un alud!! Voy en el frente de un alud!!, esta pala se ha caído y yo con ella!!. En un instante se me pasaron veinte mil cosas por la cabeza pero mi obsesión era quitarme los esquís (los llevaba atados con las cuerdas y tiraban de mi hacia abajo). Logré quitarme los esquís y de repente todo paró. Estaba sudando, quizás hasta temblando, me calcé los esquís y salí de la línea de bajada. Yo no sé si me hubiera enterrado o no lo hubiera hecho (posiblemente no!!), pero sólo verte flotar en la nieve y no poder controlar nada de lo que haces es razón suficiente para que yo estuviera muerto de miedo, aunque he de decir a mi favor que mientras bajaba, logré quitarme los esquís y dejarme desplazar con el frente, sólo pensaba: si me hundo intenta nadar, intenta nadar!! El resultado fue una experiencia más, y que se debe seguir la lógica; nieve primavera, mucha inclinación, cara sur y corte de placa: mala combinación!!

Al final, y recuperado del susto, hicimos una bajada excelente por la  Canal Fonda. La nieve se dejaba hacer y nosotros nos deslizábamos con soltura, fue una bajada espectacular, por fin la montaña se mostraba benévola. Vuelta al refugio, un poco de descanso y bajada al coche. Llegamos a las 15:20. Abrazo y felicitaciones por parte de Lucas que ya nos esperaba.

Cambiamos la rueda y pusimos la “galleta” .Bajada y a encontrar un taller. Finalmente pudimos salir del valle de Benasque a las 20:00 y es que amigos aquí los talleres trabajan despacio, muy despacio.

Llegamos a Madrid a las 2:00 con la satisfacción del trabajo bien hecho. Al día siguiente a celebrar el día de la Madre que todas las que me rodean se lo han merecido por aguantarme y sufrir conmigo, vaya por ellas y por mi Padre, esta cumbre que tanto esfuerzo me costó.

No quiero despedirme sin dar las gracias a mis compañeros, en los que confio y quiero.

Salud a todos

Tony

VEREDA DEL FRAILE

Lo prometido es deuda y como algunos de vosotros me habeis insistido, pues haré la crónica, jajaja!!!

El domingo 19 era la cita. El pueblo; Sonseca. El porqué: por cambiar y hacer algo nuevo con menos gente.

Amaneció un dia gris, pese a que las previsiones eran buenas. Por el camino, iba acordándome de la madre del hombre del tiempo :-) La rutilla empezaba a las 9, la entrega de dorsales a las 8 y yo, como siempre, a las 7:20 y con los bares cerrados. Me entretuve poniendo el relojito, engrasando aqui, tocando allá, hasta que por fin sonó el ruido metálico de la apertura del bar donde estratégicamente estaba aparcado. Por fin...mi ración de cafeina. Café caliente a 95 céntimos y a por el dorsal. Me tocó en suerte el número 36. Llamada al Lord y como siempre llega con la hora pegada al culo. Viene con Roberto, el colega que nos acompañará al Soplao. Recogida de la bolsa de regalos. Esta vez toca: vino, mazapán, camiseta y maillot (talla M, que parece que es una XS, si alguien lo quiere, que lo diga, se lo regalo). Saco la bici y charlo con los organizadores, me cuentan que toda la noche ha estado lloviendo y que la ruta se va a hacer muy, pero que muy pesada. El terreno es arcilloso y lo pasaremos divertido. Por fin...Lord y Roberto, recogen los dorsales y los regalos, pero aún les queda vestirse, sacar las bicis y todo en 5 minutos...vamos!!, ni de coña salimos a tiempo. Esto suena a lo de siempre, salimos los últimos...toca remontar, llegamos arriba cansados, más de lo mismo. Los 400 en linea de meta y nosotros aún en el coche de Roberto, charlando tan tranquilos: "vamos Roberto, coño!!". "Mirale que guapo va con el gore y los pantalones modernos", "mucha bici, pa´tan pocas piernas". Risas y al arco de salida. Por fin...los últimos. Pistoletazo y a correr. Roberto me grita que le llevo parado, asi que un par de piñones menos y leña al mono. El Lord no se despega, pero Roberto cae. Estamos en el Km 2 y esto empieza a acelerarse. A los primeros ni se les intuye y como siempre las lamentaciones por salir los últimos.El camino permite progresar sin problemas, aunque no estamos exentos de dificultades; el barro empieza a pegarse y mis 11,900 gr (pesados el dia anterior) empiezan a convertirse en algo más. El color plata se convierte en rojo. Tras!, Tras!!, Me cago en la puta cadena... ya empieza a chuparse, en fin a sufrir toca. Bajada técnica y el Lord, un poco más habil se quita a un biciclista poco bajador, yo me le como y al final de la bajada, no veo ni al Lord. A correr más. Por fin le engancho y sin pensarlo mucho le paso y aprieto un poquito más, he decidido que voy a ganar esta marcha no competitiva (y es que el dorsal da alassssss). Lord se pega más que el barro y entre "vamos que pierdo tu sombra" y "venga que ya estan a tiro" cogemos a los primeros. Un poquito más y pasamos al de la moto. Llegamos al Km 23 y nos neutralizan, que le vamos a hacer, tanto correr pa´ná, pero ya lo sabiamos, asi que a comer mazapán toledano y a no esperar mucho. El frio empieza a hacer mella y ya tenemos muchas ganas, llevamos parados más de 15 minutos. Por fin la organización vuelve a dar la salida, ahora empieza la Vereda, camino estrecho con cierta dificultad, aunque rápido, más rápido de lo que yo hubiera deseado. Esta vez y sabiendo lo que venia salí aproximadamente el 10, no queria embotellamientos y además habiamos remontado como jabatos para salir bien. Lord se despista y se retrasa unos 10 puestos más. Llega la Vereda, y los que vienen detras van muy fuertes, pero aún no saben a quien llevan delante, jajaja!!! Me obligan a correr mucho, pero salvo toda la Vereda sólo uno me pasa, a los demás los hemos perdido. Después de esto el camino es sencillo, rápido, con menos barro, pero lo hago solo, ya sabeis en tierra de nadie. Los primeros los pierdo la pista y los que vienen detrás estan demasiado atrás. Empiezo a dudar del camino, pero por fin veo a 3 que van por delante: a por ellos!!! logro contactar y paso a 2, con el otro no puedo de momento. Sin embargo, por detrás viene "el abuelo picador" un menda con más años que Matusalén y con unos gemelos finos, finos, finos, que cortaban el aire. El amigo venia acompañado de otro compañero, ambos del Club de Sonseca, un poco más y me tiran de la bici por el rebufo que crearon los cabrones. Bueno ya quedaba poco, pero, ufhh!! mierda!! el cuadriceps izquierdo quiere darme un tirón, joder!! ahora no!! queda poco, voy en buena posición; no puede ser!! La ruta ha sido dura, las ruedas iban muy pegadas y me ha costado más de la cuenta, quizás esté pagando la velocidad de la Vereda. Bajo el ritmo y me pasan 2 o 3, me cago´n tó, decido parar y subir el sillín un poquito (truco de El Soplao) y engrasar la cadena que venia dando golpetazos contra la placa antichupado. Me pasan otros 2, decido morir y pongo el plato grande, me pongo en pie, alcanzo a 1 y ya no me pasa ni Dios. Uff!! llegué a meta, ahora que habia recuperado, jajaja!!! Finalmente calculo que debí llegar el 15 más o menos. Al cabo de unos 5 minutos llegó el Lord que debió llegar... pues el 25 o por ahí. Roberto se nos retrasó bastante más, pero él es de descenso y ahora empieza con esto del rally, buen tio. Bueno pues aqui se acaba la historia que empezó un dia 19 a las 9:34 minutos (y encima salimos los últimos, manda huevos!!)

Espero no haberos aburrido y que hayais pasado un rato ameno. La próxima será El Soplao.




Saludos pa´tos

Tony